Comencé mi andadura en la escuela de artes y de ahí pase a la escuela de joyería Bazán. Mi profesor me transmitió la pasión por la joyería.
Nunca abandone este camino, y es la misma idea que intento transmitir a mis alumnos de la escuela.
Formamos profesionales que dominen el oficio, sus trucos, sus códigos y sus hechuras. Desde lo clásico hasta la vanguardia. Que esta historia de pasión por el arte continúe. Que la siguiente generación coja el testigo de la que vendrá.